Fama
Sobre la orilla del mar,
dejándose apenas rozar por las olas al deshacerse, yacía totalmente
inmóvil, como si siempre hubiera estado allí.
La gente, curiosa, lo
miraba asombrada.
Él disfrutaba del calor
del sol, de ese sol del que le habían contado miles de historias
pero no conocía. Y el viento, secándolo por primera vez como nunca
lo había estado.
Escuchaba el ruido de las
cámaras fotográficas.
Era muy linda la sensación…
En el momento exacto en que
la gente estaba discutiendo, quién se lo llevaba, llegaron los
encargados de Fauna Marina y lo cargaron en su camioneta.
La gente no tuvo más
opción que aplaudir.
Y el caracol gigante supo,
por un instante, lo que era la fama.
Fotografía de Gabriel Sarco