domingo, 19 de abril de 2020

Negro ¿negro?


Negro ¿negro? 

     Luciano, desde pequeño veía que todo en su vida era de color negro.
     No negro claro o negro oscuro: negro, simplemente
     Sus almohadas y sus sábanas eran negras
     Su computadora lo único que tenia de colores, era lo que aparecía en la pantalla.
     En su cartuchera todos sus lápices eran negros. Escribía y pintaba en negro.
¿Sería porque había nacido una noche fría de invierno sin luna?
     Cuando pensaba que ya nada en su vida podía ser más negro, un día al llegar de la escuela encontró a su mamá llorando porque su abuela Mimí ya no iba a estar más en este mundo.
     Y el mundo de Luciano fue aún más negro todavía porque amaba a su abuela más que a nadie en la galaxia.
     No lloró. No gritó. No pataleó
     Una furia inmensa como un monstruo que se va alimentando de la ira, creció en su interior
     Primero fue un monstruo bebé, pero al poco tempo se transformó en un gigante de tres cabezas. A veces salía de su boca en forma de palabras hirientes. Otras se transformaba en un eterno y adolescente silencio.
     Cuando ya creía que su monstruo iba a destruirlo, se tiró en el pasto a mirar las estrellas. A buscar algo entre ellas que le mostrara el camino para sacar de adentro suyo tanta bronca contenida.
     Cerró los ojos, pensó en su Mimí, respiró profundo y … una mariposa blanca se posó en su naríz.
     La tomó entre sus manos tratándola con cuidado para no lastimarla y colocó en ella  toda esa furia contenida, sopló suavemente sobre sus alas y… la bronca se transformó en mil mariposas de un millón de colores y de pronto la noche se hizo día y un arcoiris creció en su alma para transformar su vida y su mundo, así, simplemente, como el capullo se transforma en mariposa…

Imagen: telaspara.es