Receta para tener un hermanito
Ingredientes
necesarios:
3
cascaritas de limón.
2
cucharadas de miel.
5
pedacitos de caña de bambú.
4
tazas colmadas de amor.
Eso debe ser suficiente para que
yo, que soy hija única pueda tener la suerte de que mis papás me
“compren” un hermanito. Por ahí si yo les paso los ingredientes,
ellos pueden ir de compras.
Siempre me hago la misma
pregunta… ¿dónde se compra un hermanito? ¿En el shopping, en el
supermercado, en el almacén de Don Luis o en los chinos de la vuelta
de casa?
Yo
me la paso recorriendo esos lugares y no veo en ninguna góndola que
diga “hermanos a la venta” (ni grandes, ni chicos, ni por kilo,
ni por metro) ¡qué forma tan rara tienen de hablar los adultos!
Es por eso que ni ellos mismos
saben lo que quieren. Para nosotros las cosas son más sencillas: “no
me gusta ir a la escuela”, significa precisamente eso: que no me
gusta ir a la escuela. “La abuela me cocina lo que a mi me gusta”
significa eso: que la abuela me cocina lo que a mi me gusta. “Quiero
tomar otro vaso más con gaseosa y otro plato menos con sopa”
significa eso: que quiero tomar otro vaso más con gaseosa y otro
plato menos con sopa”. ¡No damos tantas vueltas! ¡Las únicas
vueltas que nos gustan son las de la calesita!
Traté de inventar una receta
para crearme un hermanito y no resultó; y eso que me la pasé
revolviendo y revolviendo y… ¡nada!
Yo dije para mis adentros,
cascaritas de limón porque ese olor tienen los bebés cuando son
chiquitos, se lo sentí el otro día al hermanito de Valentín. La
miel debe ser también necesaria porque es re dulce ¿y qué dicen
los grandes cuando un bebé se ríe?: ¡qué dulce!
Las cañas de bambú deben servir
como un alimento especial, porque los hermanos son seres especiales,
dicen por ahí, entonces al igual que los osos pandas que sólo comen
caña de bambú, los hermanos pueden dar abrazos de oso. Lo veo muy
seguido en mis amigas que tienen hermanos.
Con respecto a las tazas de amor…
ahí me veo en problemas… ¿cómo consigo cuatro tazas de amor? Y…
se me ocurre que tienen que ser cuatro porque nosotros ahora somos
tres, pero si diera resultado, seríamos cuatro en la familia.
El limón es fácil, lo saco de
la planta de la abuela; la miel la retiro de la alacena y listo. Las
cañas de bambú… tengo dos opciones: del llamador de ángeles que
esta colgado en el patio de casa o directamente lo encargo por
Internet.
Pero las tazas de amor… no se
la verdad cómo hacer.
Este tema me tiene un poco
preocupada, tanto que no me deja dormir aunque esté mirando los
dibujitos que más me gustan en la tele.
Uy, entraron a mi habitación
papá y mamá con cara de miedo mezclada con alegría.
- Sofía, tenemos que contarte algo muy
pero muy pero muy importante, hijita –dijo mami
- Vos sabes que sos la reina de esta
casa y siempre lo vas a seguir siendo- dijo papi. En agosto va a
nacer tu hermanito o hermanita porque mami tiene un bebé en la
panza!
Abrí grande los ojos, respiré
profundo y pensé en lo genia que fui al
haber hecho una receta y, sin pensarlo, ya había sido puesta en
práctica y… ¡¡FUNCIONADO!!
Me saqué las sábanas de encima,
comencé a saltar en la cama y a gritar:
“¡Si, si, si, un hermanito o
hermanita para jugar!”
Mientras yo estaba en plena
locura de felicidad, vi cómo mis papás me miraban de una forma tan
especial y ahí descubrí el ingrediente que faltaba…
Guauuuu, ahora me doy cuenta: ¡mi
receta funcionó! Y por fin solucioné mi problema de qué quiero ser
cuando sea grande: inventora de recetas! Y … ¡hermana mayor!, eso
es lo que voy a ser.
Yo te voy a cuidar, bebé lindo,
pero mis juguetes… ni sueñes que te los voy a regalar, sí te los
voy a prestar de a ratitos. En todo caso te los cambio por los tuyos
que van a ser nuevos, los míos ya tienen siete años de uso!
Imagen de:
http://www.arasaac.org/materiales.php?id_material=1447