Florencia
y la erre
El
día que Florencia cumplió sus siete años, en el mes de abril, la
mamá quería llevar una torta a la escuela para que ella festejara
con su maestra y sus compañeros. Flor no estuvo de acuerdo.
Para
ella ir a la escuela era un problema. No le salía la erre y eso
ocasionaba que algunos chicos la cargaran constantemente, a pesar de los
llamados de atención de la Señorita Roberta.
-¡Flogencia, alcanzame la
cagtuchega!- le decía cruelmente Juan Itenchi
Flor
se ponía roja como un tomate.
Cuando
la maestra decía que iba a tomar lectura, a Florencia le empezaban a
temblar las manos.
-¡Flogencia, vamos a leeg!-
se escuchaba en el fondo el grupito de Juan y compañia. Y se reían. Al mismo tiempo que
la maestra los retaba.
Leía
muy bajito para que no la oyeran pronunciar mal, pero igual la
escuchaban.
En el mes de
septiembre la profesora de Música, decidió hacer un baile de
disfraces. Todos tenían que venir caracterizados de algún animal.
Así
lo hicieron. Algunos eran leones, otros perros, había gatos,
lechuzas y hasta tortugas. Florencia decidió vestirse de mariposa,
ya que el sonido que tenía que emitir no contenía ninguna erre.
-tacatacatacataca- se
escuchaba en el salón. Era el ruido del aleteo de las alas. Todos
los chicos se divirtieron mucho ese día. Al compás de la música
cada uno imitaba el sonido del animal que representaba. Hasta "Juan y compañia" se habían entusiasmado con la fiesta.
Florencia, por primera vez,
estaba feliz dentro del salón y con sus compañeros; tan feliz que
de pronto dijo:
-Seño
Roberta ¿me atás el cordón, por favor, que no puedo por las alas?
Todos
sus compañeros la aplaudieron, sí, todos! La señorita asombrada abrió grande
su boca como una ballena a punto de comer. La tortuga dejó de
bailar y la abrazó. El león le pasó su melena por la cara. Los
perros movían las colas. Los gatos, maullaban de felicidad y la
lechuza ululaba de contenta.¡Por fin habían dado resultado las
clases con la fonoaudióloga que le enseñaba a pronunciar la erre! A partir de ese día, nadie más se rió de la hermosa Flor y
la maestra la abrazó tan fuerte ¡que casi le saca una de sus alas!
Imagen: infinityvuelta.wordpress.com